Una empresa de tecnología automotriz buscaba un proveedor de logística capaz de brindar servicios globales y oportunidades de ahorro de costos mientras realizaban la transición de fabricación de Asia a México.
C.H. Robinson Diseñó una solución integral que incorpora servicios marítimos, aéreos, de almacenamiento y aduanas.
Gracias a la nueva ubicación de fabricación, la empresa ha mejorado la eficiencia, reducido los costos y fortalecido las relaciones con los fabricantes de equipos originales (OEM).
Una de las principales empresas de tecnología de movilidad de la industria automotriz respalda a más de 60 fabricantes de equipos originales del sector en todo el mundo. Sus soluciones de servicio inteligentes ayudan a los conductores y pasajeros de automóviles a sentirse seguros y cómodos. Con una visión optimizada en mente para sus procesos de fabricación y producción, la empresa eligió a C.H. Robinson para hacerla realidad.
La empresa, con sede en Asia, atiende a fabricantes de automóviles en países de todo el mundo, incluido Estados Unidos, y determinó que abrir una planta de fabricación en Monterrey, México, ayudaría a acortar los tiempos de tránsito para estos clientes y, al mismo tiempo, le permitiría seguir siendo competitiva en el mercado de envíos justo a tiempo y apoyaría su estrategia global de neutralidad de carbono.
Desafortunadamente, operar en México puede ser complicado desde el otro lado del mundo y sin la experiencia adecuada. Esta empresa tecnológica sabía que necesitaba una estrategia competitiva y multimodal que funcionara en Asia y América del Norte. Por lo tanto, decidió buscar un proveedor de logística que le ayudara a sortear las complejidades. Comenzó por enviar una solicitud de propuestas (RFP) a diez proveedores globales.
Buscaba un proveedor de logística que pudiera incorporar con éxito una variedad de servicios para respaldar adecuadamente la expansión de la empresa en México, entre ellos, el almacenamiento, la logística de transporte multimodal y el cumplimiento de las regulaciones aduaneras mexicanas.
El proveedor adecuado necesitaría tener experiencia en la optimización del proceso de reubicación y ofrecer información sobre las formalidades aduaneras que pudiera ayudar a minimizar retrasos y complicaciones. Mediante una planificación cuidadosa y apoyo continuo durante todo el proceso de implementación, la empresa deseaba maximizar los beneficios de su traslado a México de todas las maneras posibles.
Cuando su equipo de logística revisó las respuestas a la RFP, inmediatamente reconocieron que C.H. Robinson tenía una experiencia inigualable en el transporte de productos de alto valor y en la gran cantidad de complejidades del panorama empresarial de México y, al mismo tiempo, ofrecía servicios globales más sólidos que otros proveedores.
La empresa confió en que C.H. Robinson aprovecharía sus 35 años de experiencia en México para ayudarla a explorar el entorno empresarial mexicano con éxito, establecer la nueva planta de fabricación, trasladar su carga, optimizar los procesos aduaneros y gestionar los riesgos asociados con la pérdida o daño de productos.
Una vez seleccionada la propuesta, C.H. Robinson desarrolló una solución personalizada que abordaba proactivamente las complejidades aduaneras y recomendaba la preclasificación de los productos para determinar los códigos arancelarios que permitieran al cliente conocer de antemano las reglamentaciones no aduaneras que debía cumplir. Además, C.H. Robinson se aseguró de que hubiese suficiente espacio en los depósitos para satisfacer las necesidades de inventario, lo que garantizó un lanzamiento sin contratiempos de la planta de Monterrey.
Si bien se había tomado la decisión de construir en Monterrey, México, esta empresa tecnológica pidió ayuda a C.H. Robinson para la implementación de los cambios necesarios en las nuevas instalaciones. Los equipos colaboraron mediante llamadas quincenales para brindar información actualizada sobre el estado del proyecto. Mantener a todos informados fue fundamental para lograr montar la nueva planta.
A lo largo del proceso, los conocimientos y la experiencia de C.H. Robinson ayudaron a la empresa a comprender cómo operar correctamente en México y entender las formas de cumplir con las leyes locales y las estrategias para aprovechar el T-MEC y otras leyes comerciales a fin de lograr sus objetivos específicos.
En lo que respecta al suministro de materias primas a la planta de Monterrey, la empresa puede seleccionar varias opciones de envío según los tiempos de tránsito necesarios, gracias a las soluciones personalizadas de C.H. Robinson. Para sus necesidades más inmediatas, las materias primas se transportan por vía aérea directamente desde el Aeropuerto de Shenzhen hasta el Aeropuerto Internacional de Monterrey. Si los plazos de entrega son más largos, se utilizan servicios de transporte marítimo. Esta capacidad de ajustarse en mayor o menor medida según las necesidades es un resultado invaluable que ayuda a la empresa a ahorrar dinero y a apoyar sus objetivos de sostenibilidad.
La solución de C.H. Robinson también incluyó cambios de modalidad y combinaciones de transporte marítimo y aéreo según fuera necesario, basándose en el tiempo de entrega y los niveles de demanda, para ayudar a cumplir con los compromisos sin exceder el presupuesto.
Más allá de los servicios básicos de transporte, C.H. Robinson organiza que un agente de aduanas con licencia de un tercero gestione las despachos aduaneros hacia y desde México. Como parte del proceso de implementación, C.H. Robinson realizó una revisión completa de la clasificación de la Lista de aranceles armonizados (HTS) para definir adecuadamente todos los productos por adelantado y lograr mayor agilidad en el despacho aduanero de los productos a su llegada.
La colaboración entre las dos compañías produjo resultados notables. La profunda comprensión de las operaciones mexicanas por parte de C.H. Robinson brindó valiosos conocimientos que proporcionaron a la empresa de movilidad tecnológica el saber y las herramientas necesarias para una entrada fluida en el nuevo mercado.
Esta vasta experiencia no solo aceleró el proceso de preparación, sino que también posicionó a la empresa para explorar las diferencias culturales con confianza y agilidad, lo que le permitió adaptarse y prosperar en el nuevo entorno.
Uno de los logros más significativos fue la optimización del proceso aduanero, un testimonio del meticuloso trabajo preliminar en la clasificación de los productos. Esto redujo el tiempo que las mercancías permanecen en la aduana, y así mejoró la eficiencia operativa y disminuyeron los posibles cuellos de botella.
Desde el punto de vista financiero, la colaboración generó una reducción sustancial de los costos. La estrategia logística bien planificada también incluye un énfasis en el transporte sostenible. Esto no solo fortaleció los resultados financieros, sino que también contribuyó a implementar un enfoque más sustentable y responsable en las operaciones empresariales. La colaboración estratégica con C.H. Robinson lo hizo posible.